INTRODUCCIÓN
Se sabe que Isaac Newton (1642-1727),
matemático y físico inglés, fue el primero en establecer muchos de los
principios básicos del cálculo en manuscritos no publicados sobre el método de fluxiones, fechado en 1665. La
palabra fluxión se originó por el
concepto de cantidades que “fluyen”; es decir, cantidades que cambian a cierta
razón. Newton usó la notación de punto y para representar una fluxión, o como
se conoce ahora: la deriva de una función. Newton alcanzó fama imperecedera con
la publicación de su ley de la gravitación universal en su tratado Philosophiae Naturalis Mathematica en
1987. Newton también fue el primero en demostrar, usando el cálculo y su ley de
gravitación, las tres leyes empíricas de Jhonnes Kleper del movimiento
planetario, y el primero en demostrar que la luz blanca está compuesta de todos
los colores. Newton fue electo al parlamento, nombrado guardián de la Real Casa
de Moneda y nombrado caballero en 1705. Sir Isaac Newton dijo acerca de estos
logros: “Si he visto más lejos que otros, es porque me apoyé en los hombres de
gigantes” (Zill y Wright, 2011).
Por otro lado el matemático, abogado y
filósofo alemán Gottfried Wihelm Leibniz
(1646-1716) publicó una versión corta de su cálculo en un artículo en un
periódico alemán en 1684. La notación dy/dx para la derivada de una función se debe a
Leibniz. De hecho, fue Leibniz quien
introdujo la palabra función
en la literatura matemática. Pero, puesto que es bien sabido que los
manuscritos de Newton sobre el método de
fluxiones datan de 1665, Leibniz fue acusado de apropiarse de las ideas de
Newton a partir de esta obra no publicada. Alimentando el orgullo nacionalista,
durante muchos años hubo una controversia sobre quién de los dos “invento” el
cálculo. Hoy los historiadores coinciden en que ambos a muchas de las premisas
más importante del cálculo de manera independiente. Leibniz y Newton se
consideran “coinventores” del tema (op
cit).
Cabe mencionar que la derivada se
puede interpretar en forma geométrica como la pendiente de una curva, y
físicamente, como la razón de cambio. Las derivadas se pueden utilizar para representar
todo, desde fluctuaciones en las tasas de interés hasta la tasa de mortalidad
de los peces, o la rapidez de
crecimiento de un tumor (Hughes,
Hallett, et al; 1999).
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